Prescripción y vergüenza
En el día de hoy, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4 de la Capital declaró prescripta una causa contra Carlos Menem, donde se lo investigaba por la omisión maliciosa de datos en su declaración jurada patrimonial del año 2000. Los bienes omitidos consistían en dos cuentas bancarias en el exterior, dos aviones ultralivianos, acciones de las empresas Telecom y Telefónica, dos automóviles, y dos inmuebles en La Rioja. El monto involucrado es altísimo: por ejemplo, en una de esas cuentas bancarias estaban depositados seis millones de dólares. Específicamente, los delitos que se le imputaban eran la omisión maliciosa de declaración jurada, falsedad ideológica e incumplimiento de deberes de funcionario público.
Éste es el veredicto del Tribunal. Los fundamentos de la sentencia se darán a conocer el próximo 26 de septiembre, a las 17hs.
Según el Ministerio Público Fiscal, “el Tribunal consideró decretar la nulidad parcial de oficio (algo que no fue solicitado por ninguna de las partes) del procesamiento y requerimiento de elevación a juicio, ya que Menem no fue indagado por los delitos contemplados por los Arts. 248 y 293 del CPN (falsedad ideológica e incumplimiento de deberes de funcionario público). En base a ello, resolvió absolverlo”.
Si bien “el imputado fue procesado por un hecho por el cual no fue indagado, no se había violado el derecho de la defensa en juicio, ya que la defensa técnica se expidió insistentemente en punto a la concurrencia ideal de los tipos penales previstos por los arts. 268, inc. 3 in fine, 248 y 293 del CPN”.
Si el Tribunal considera que la causa está prescripta, entonces asumimos que el 26 de septiembre estará en condiciones de explicar cómo fue qué pasó esto. Cuál fue el último acto interruptivo de la prescripción, en qué día prescribió la causa, y cuál fue el desempeño de todos los actores intervinientes durante todas las etapas del proceso: jueces, fiscales y la Oficina Anticorrupción como querellante. Lo mínimo que cualquiera merece saber es quiénes tuvieron la culpa de que esta causa prescribiera. Ése es el punto por el cual deben empezar a rendir cuentas. Y la realidad será que, cualquiera sea la respuesta, nuestro sistema judicial sigue dando vergüenza.