Coimas en el Senado y otra demora más
En el día de ayer, a las 10hs, estaba previsto que comenzaran los alegatos en el juicio por las Coimas en el Senado, sobre el que ya escribimos hace algunos días. Después de dos horas y media de espera, a las 12.30hs nos dijeron que la audiencia se pasaba para el jueves, porque uno de los imputados (Alberto Tell, ex senador del PJ), no había podido llegar.
Para los que asistimos a la sala de audiencias “B” de Comodoro Py, este hecho representó mucho más que una falta de respeto a nuestro tiempo.
Evidenció la impunidad que sienten todos los poderosos frente a la Justicia, incluso cuando les toca sentarse frente a un Tribunal. Porque Tell se ausentó, pero prácticamente todos los demás imputados llegaron tarde, y una vez ahí pasaron el tiempo haciendo chistes y charlando distendidos, como si fuera un reencuentro de viejos amigos.
Evidenció la ineficiencia y falta de voluntad política de funcionarios públicos que no son capaces siquiera de lograr que los imputados estén presentes a la hora fijada. Hubiera sido bueno que los jueces del Tribunal se tomaran -por lo menos- un minuto para dar la cara en la sala.
Evidenció una de las particularidades de estos delitos, en los cuales es difícil distinguir quién es acusado, quién es juez, y quién es acusador. Muy distinto a los pasillos superiores de Comodoro Py, donde minutos antes de la audiencia los pibes chorros eran paseados con las esposas puestas y agarrados firmemente del brazo. Esos sí que son peligrosos.
Si no se retrasa nuevamente, mañana van a comenzar los alegatos. Lo mínimo que le debe este Tribunal a la sociedad es hacer justicia luego de 13 años de impunidad, y recuperar los más de 5 millones de dólares que se pagaron.