Por Nicolás Gross - Lic. En Sociología, Abogado e investigador de CIPCE
Hace unas semanas publicamos una nota que tomamos como punto de partida para una serie de debates que nos parece necesario impulsar en torno a la evolución y desarrollo de los criptoactivos en general. Desde nuestro lugar sostenemos que para comprender en profundidad el fenómeno, no alcanza con consumir la información que se nos brinda, sino que debemos partir de un enfoque crítico de cada una de las afirmaciones que se nos presentan como verdades inmutables. Ello porque estamos convencidos de que se trata más de un fenómeno socioeconómico, que tecnológico. Por ello lo que buscamos no es entrar directamente en los debates tal cual se nos presentan, sino redefinir esos debates. En esta oportunidad trataremos uno de los mitos más escuchados en torno al BTC: “El BTC es una moneda deflacionaria”.
Uno de los argumentos más escuchados a favor de las criptomonedas, y en particular del BTC por ser la criptomoneda de uso más extendido, es que, a diferencia de la moneda fiduciaria, estaríamos frente a una “moneda deflacionaria”, con tendencia a aumentar su valor a lo largo del tiempo.
Para desentrañar este mito debemos partir de algunas preguntas:
1) ¿Qué es una “moneda deflacionaria”?
2) ¿Cuál es la relación entre emisión monetaria e inflación?
3) ¿Por qué se dice BTC es una “monedadeflacionaria”?
4) ¿Es el BTC una moneda?
Para contestar a los dos primeros interrogantes diremos que, desde Milton Friedman hasta la actualidad, los economistas que adhieren a la teoría monetarista, han sostenido - en la mayoría de los casos sobresimplificando la teoría - que la inflación tiene su causa en la expansión de la base monetaria. En otras palabras, que la inflación es producto de un crecimiento en la oferta de papel moneda circulante en relación a los bienes producidos en una economía, que se traslada a los precios de esos bienes. Es entonces que el control sobre la emisión de la moneda, desde esta perspectiva, se vuelve deseable. Por lo tantouna “moneda deflacionaria” que tiende a aumentar su valor a lo largo del tiempo, es aquella cuya emisión es previsible y por ende controlada.
Dicho esto, podemos establecer que hablar de “moneda deflacionaria”, es hablar desde una perspectiva puntual de la teoría económica liberal –vale aclarar que el fenómeno no fue estudiado únicamente por esa corriente. Ello no desacredita al concepto en sí, pero es importante no adoptar acríticamente un punto de partida que para gran parte de la teoría económica ha resultado cuanto menos cuestionable por su reduccionismo. La importancia de este planteo radica precisamente, en desarticular la forma impuesta por el mito. Por ello, cuándo nos preguntamos quién nos habla y desde dónde nos habla, es que podemos salirnos de las “trampas” que nos acechan cuando entramos en un debate al que llegamos sin haber impuesto nuestras condiciones.
Para abordar el tercer interrogante partiremos de las afirmaciones hechas por gran parte de la comunidad Crypto:
- “BTC es una moneda cuya emisión es controlada automáticamente por el protocolo de minado: Se genera una bloque en la blockchain cada 10 minutos promedio y las recompensas en BTC (la emisión), están preestablecidas”.
- “Sabemos que se minarán en total 21 millones de bitcoins”.
- “Sabemos aproximádamente que el último BTC se minará aproximadamente en el año 2140”.
Todo esto le otorga a BTC un aura de previsibilidad, ya que teóricamente sabemos cuántos BTC hay en circulación en cada momento y cuál será su total. Pero larealidad es muy distinta. No hace falta indagar demasiado ya que incluso su comunidad oficial establece que el BTC en la actualidad puede subdividirse en hasta 8 decimales,pudiendo en el futuro ampliarse su divisibilidad de ser necesario, lo que haría muy discutible la pretensión de estar frente a un bien escaso.
Por otro lado, no hay ninguna seguridad de que a futuro la “criptomoneda” más exitosa no pueda sufrir un cambio rotundo en su protocolo alterando las reglas de juego, como ya ha ocurrido en otras oportunidades. Pero a diferencia de lo que ocurre en un Estado soberano, quepodemos comprender por qué se toman decisiones respecto de la emisión monetaria, nada sabemos de las razones por las que pueden llegar a tomarse tales decisiones en las comunidades de criptoactivos. Hasta el momento los experimentos de softfork y hardforkrealizados, estuvieron más relacionados con desarrollos informáticos y aventuras tecnológicas que sustentados en razones económicas.
Por último, volvemos una vez más a un interrogante que al momento nadie quiere resolver: ¿es BTC una moneda?.Podrá pensarse que hay algo de absurdo en haber hecho un desarrollo, por más somero que fuera, sobre el carácter deflacionario de BTC, como si de una moneda se tratara, para terminar diciendo que BTC no es una moneda. Pero el ejercicio realizado nos permitió discutir la afirmación que sirve de título a este artículo, incluso antes de romper con el mito que establece los términos del debate.
Dicho esto, por más empeño que se le ponga, si nos ceñimos a la experiencia acumulada y al uso que los usuarios le vienen dando al BTC, se asemeja mucho más a un papel basura que a una moneda, pues basa su precio en el libre de juego de oferta y demanda de una comunidad internacional poco transparente que encontró un nicho de especulación con altos niveles de desregulación. Incluso si nos calzáramos el traje de monetaristas, no podríamos ver en el BTC- al menos en la actualidad- una moneda. Pues su valor sigue estando íntimamente ligado a la referencia a otras monedas fiduciarias -en especial al dólar estadounidense y al Euro- y no a bienes y servicios que en muy escasas excepciones podemos adquirir directamente abonando en BTC. De este modo podríamos afirmar que un pago en BTC de bienes y servicios puede asemejarse más al trueque que a una compraventa corriente.
Para concluir, consideramos que afirmar el carácter deflacionario del BTC, es claramente un error. Por definición, y según venimos argumentando, todas las afirmaciones y enseñanzas impartidas desde el mainstreamcrypto, chocan inmediatamente contra su propia realidad. Su coherencia interna se soporta únicamente en el imaginario liberal construido a lo largo de los últimos siglos o, como sostuvimos en otro artículo, en lo que denominamos mitología anarcoliberal. Es todavía más importante plantear el carácter mítico del BTC como “moneda deflacionaria” en un país cuyas características pueden contribuir a reforzar esa creencia. Precisamente porque el mito nos presenta al BTC como una “moneda” que se encuentra en las antípodas del peso argentino y que lejos de ceder ante el dólar aumenta su valor.
Será motivo de otro artículo, pero no es casualidad que a esta creación llamada BTC, se la haya emparentado con la“moneda”. Tampoco es casualidad que en la gran mayoría de los artículos la gráfica represente a dichos activos como monedas físicas doradas y relucientes, tal vez buscando el eco de tiempos olvidados y la nostalgia por la época en que el patrón oro supo brindar alguna certeza.