Poder económico y género. Flujos financieros (i)lícitos y patriarcado. Primeras aproximaciones.

Poder económico y género.

Flujos financieros (i)lícitos y patriarcado. Primeras aproximaciones.

Por Martina G. Cirimele

INTRODUCCIÓN

Desde el Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica (CIPCE), nos parece importante comenzar a abordar desde la perspectiva de género el estudio de la criminalidad económica. Es por ello que a lo largo del artículo enunciaremos algunas ideas que, a corto plazo queremos desarrollar en profundidad. Actualmente, no existen muchos estudios que nos permitan avanzar sobre el tema en cuestión. Es por esto, que creemos necesario emprender este camino empezando por visibilizar los impactos desiguales que las lógicas de criminalidad económica imprimen -diferenciadamente- en hombres y mujeres[1].

Como punto de partida, consideramos imprescindible el aporte de algunas definiciones, entre ellas, patriarcado, sexo, género, orientación sexual, igualdad y justicia de género y feminización de dimensiones sociales, como la pobreza. También de aquellas que giran en torno a la criminalidad económica, especialmente, qué son los flujos financieros ilícitos.

Luego avanzaremos relacionando ambos fenómenos: cómo se ensamblan y conjugan la desigualdad de poder entre hombres y mujeres con los impactos en las dinámicas sociales de la estructura financiera lícita e ilícita. Tomaremos para desarrollar esto las estimaciones publicadas en el informe “No es tarea fácil: La cuantificación de los flujos financieros ilícitos” de la Financial Transparency Coalition (FTC)[2] y en el informe “Flujos Financieros Ilícitos. Por qué deberíamos reclamar estos recursos para la justicia de género, económica y social” de la Asociación para los Derechos de las Mujeres y el Desarrollo[3].

ALGUNAS DEFINICIONES

PATRIARCADO, JUSTICIA DE GÉNERO, FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA

Cuando hablamos de una cuestión de género o cuando abordemos un problema desde esta perspectiva, entenderemos que trata de “una relación de poder y por lo tanto de conflicto y está definida por una correlación de fuerzas” y que [...] “La desigualdad entre hombres y mujeres se basa en una lógica de opresión patriarcal y la principal herramienta para su superación es el feminismo”.[4] 

PATRIARCADO

El patriarcado es la forma de organización social que distribuye desigualmente el poder entre hombres y mujeres, en la que los primeros tienen preeminencia y ejercen supremacía. En el texto “El Calibán y la bruja” Silvia Federici explica cómo históricamente se cristalizó en el sistema de organización social y económica actual, el capitalismo, durante la etapa de acumulación primitiva.

“Fue a partir de esta alianza entre los artesanos y las autoridades de las ciudades, junto con la continua privatización de la tierra, como se forjó una nueva división sexual del trabajo o, mejor dicho, un nuevo «contrato sexual», siguiendo a Carol Pateman (1988), que definía a las mujeres —madres, esposas, hijas, viudas— en términos que ocultaban su condición de trabajadoras, mientras que daba a los hombres libre acceso a los cuerpos de las mujeres, a su trabajo y a los cuerpos y el trabajo de sus hijos.

De acuerdo con este nuevo «contrato sexual», para los trabajadores varones las proletarias se convirtieron en lo que sustituyó a las tierras que perdieron con los cercamientos, su medio de reproducción más básico y un bien comunal del que cualquiera podía apropiarse y usar según su voluntad. [...] Pero en la nueva organización del trabajo todas las mujeres (excepto las que habían sido privatizadas por los hombres burgueses) se convirtieron en bien común, pues una vez que las actividades de las mujeres fueron definidas como no-trabajo, el trabajo femenino se convirtió en un recurso natural, disponible para todos, no menos que el aire que respiramos o el agua que bebemos.

Esta fue una derrota histórica para las mujeres. Con su expulsión del artesanado y la devaluación del trabajo reproductivo la pobreza fue feminizada. Para hacer cumplir la «apropiación primitiva» masculina del trabajo femenino, se construyó así un nuevo orden patriarcal, reduciendo a las mujeres a una doble dependencia: de sus empleadores y de los hombres. El hecho de que las relaciones de poder desiguales entre mujeres y hombres existieran antes del advenimiento del capitalismo, como ocurría también con una división sexual del trabajo discriminatoria, no le resta incidencia a esta apreciación. Pues en la Europa precapitalista la subordinación de las mujeres a los hombres había estado atenuada por el hecho de que tenían acceso a las tierras comunes y otros bienes comunales, mientras que en el nuevo régimen capitalista las mujeres mismas se convirtieron en bienes comunes, ya que su trabajo fue definido como un recurso natural, que quedaba fuera de la esfera de las relaciones de mercado.”

[...] En este periodo, la familia comenzó a separarse de la esfera pública, adquiriendo sus connotaciones modernas como principal centro para la reproducción de la fuerza de trabajo.

Complemento del mercado, instrumento para la privatización de las relaciones sociales y, sobre todo, para la propagación de la disciplina capitalista y la dominación patriarcal, la familia surgió también en el periodo de acumulación primitiva como la institución más importante para la apropiación y el ocultamiento del trabajo de las mujeres.”[5]

De acuerdo a ésta perspectiva, la división sexual del trabajo en el capitalismo relegó a las mujeres a la esfera reproductiva, convirtiendo su trabajo en actividades no remuneradas.

JUSTICIA DE GÉNERO

De acuerdo al Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), la justicia de género es “aquella que tiene como propósito eliminar las desigualdades entre las mujeres y los hombres que se producen en la familia, la comunidad, el mercado y el Estado. Ello requiere que las instituciones —desde las que se administra la justicia hasta las encargadas de diseñar las políticas económicas— rindan cuentas sobre la atención que dedican a la injusticia y a la discriminación que mantiene a multitudes de mujeres en la pobreza y la exclusión”.[6]

FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA

Otro concepto que utilizaremos es el de feminización de la pobreza, mencionado también en el texto de Silvia Federici.

La feminización de la pobreza no se reduce a las mujeres en términos de sexo, sino que además incluye a otros sexos, entendiendo que es una cuestión de género. Feminización entonces pasa a ser un término que se aplica a cualquier persona independientemente de su sexo que ha adquirido rasgos estipulados socialmente al género femenino. Habiendo hecho esta salvedad, tomamos una caracterización de Rosa Cobo para ilustrar el impacto diferencial del patriarcado en la actualidad respecto de la pobreza. [7]

el feminismo lleva tiempo utilizando esta expresión para connotar el creciente empobrecimiento material de las mujeres, el empeoramiento de sus condiciones de vida y la vulneración de sus derechos fundamentales. Cuando la impresión generalizada es la de que las vidas de las mujeres están mejorando en todo el mundo, las cifras desmienten este tópico. Es un hecho verificable, por ejemplo, que en las familias del Primer y del Tercer Mundo, el reparto de la renta no sigue pautas de igualdad, sino que sus miembros acceden a un orden jerárquico de reparto presidido por criterios de género”[8].

CONCEPTO DE LOS FLUJOS FINANCIEROS ILÍCITOS.

Desde la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sostienen que los FFI son movimientos de un país a otro de dinero que ha sido ganado, transferido o utilizado de manera ilegal.

Los FFI incluyen valores, dinero e instrumentos monetarios obtenidos:

  • legalmente pero que son transferidos de manera ilícita;
  • que se adquieren a través de actividades ilegales (delitos, corrupción y evasión fiscal);
  • también pueden capturar la elusión fiscal y la falsificación de la facturación del comercio internacional. (Global Financial Integrity, CEPA).

Otros, como la Financial Transparency Coalition (FTC) sostienen que no existe un consenso para definir qué son los flujos financieros ilícitos. Sin embargo, aunque difieran las estimaciones hay cosas que son claras, por ejemplo

  • Los flujos financieros ilícitos son un gran problema
  • Han proliferado gracias a un sistema que permite que las jurisdicciones ofrezcan secreto para los beneficios.
  • A menudo, los países de ingreso bajo sufren de forma desproporcionada los flujos ilícitos, siendo los que tienen la menor capacidad para enfrentar sus efectos.
  • A medida que examinamos varias estimaciones, la única manera de responder la pregunta de ’cuán grandes son los FFI’ es a través de una información financiera clave públicamente disponible.

Por todo lo expuesto, estamos en condiciones de decir que los FFI, pueden ser originadores en tres fuentes principales:

– actividades comerciales ilícitas: como por ejemplo la evasión y elusión fiscal por parte de corporaciones mediante el uso de sociedades constituidas en jurisdicciones offshore, que ofrecen a sus clientes un alto nivel de secreto fiscal, financiero y bancario, por ende encubren a los beneficiarios finales de las mismas y ocultan información a los organismos de control que las investigan.

– en actividades delictivas: otro de los orígenes de los FFI son los delitos como la trata de personas, el narcotráfico o la venta de armas ilegales, entre otros tantos mercados criminales.

-Por último, no podemos dejar de mencionar la corrupción: todos aquellos ingresos que tiene su origen en negocios corruptos como por ejemplo, los sobornos de las corporaciones para obtener las licitaciones de obra pública de un determinado proyecto. 

MODOS DE CUANTIFICACIÓN DE LOS FLUJOS FINANCIEROS.

Se pueden cuantificar a través de:

  • la información comercial y;
  • la información financiera.

La subfacturación comercial, por ejemplo, cuando se subfacturan las exportaciones y se sobrefacturan las importaciones, o el movimiento de dinero a través de las fronteras en transacciones comerciales subvaloradas de manera deliberada – una de las formas de lavado de dinero en base al comercio – es citada por Global Financial Integrity como el componente más importante de los flujos financieros ilícitos. Para llegar al estimado global de flujos financieros ilícitos, Global Financial Integrity combina el uso de información comercial para capturar la subfacturación con un análisis la información de la balanza de pagos para identificar cuando parece haber más dinero del informado saliendo del país.

PATRIARCADO, FLUJOS FINANCIEROS (I)LÍCITOS Y POLÍTICAS PÚBLICAS

El modelo que propongo parte por considerar que una interminable serie de negocios ilícitos produce sumas masivas de capital no declarado. Estos negocios son de muchos tipos: contrabandos diversos como el narcotráfico y de armas; el tráfico consentido y la trata engañosa de adultos y de niños; el tráfico de órganos; asimismo el tráfico de una cantidad inmensa de bienes de consumo legal que ingresan desde el exterior, incluyendo bebidas alcohólicas, drogas lícitas y partes de aparatos electrónicos, entre muchos otros productos que pasan a venderse en el comercio legal.

También por el contrabando hacia el exterior de minerales estratégicos, piedras preciosas, maderas, y hasta animales exóticos. Aquí también suma mucho dinero la explotación de la prostitución en reductos francamente concentracionarios, donde se somete especialmente, pero no exclusivamente, a las mujeres al trabajo sexual esclavo. Otras fuentes de ese gran lago de capital sumergido, subterráneo, no declarado, proviene de las casas de juego, los casinos, públicos o clandestinos, en los que es muy difícil medir los flujos que por allí circulan. También el pago de varias formas de protección mafiosa, como, por otra parte, de servicios de seguridad privada, cuyas contabilidades son siempre ambiguas pues es común contratarse, para los mismos, “en negro”, el trabajo de policías en sus horarios fuera de servicio.

El valor extraído no remunerado del cada vez más numeroso contingente de personas que realizan trabajo esclavo y servil, no pagado en la forma de salario declarado, así como en la diferencia entre los valores de pagos declarados y no declarados. Las varias formas de la evasión de impuestos, las varias magnitudes de la coima, así como los dineros que circulan en el tráfico de influencia y la compra de voluntades políticas. La corrupción que circunda todas las grandes obras, los emprendimientos intermediados por las mega-corporaciones contratistas, con conexiones transnacionales; la evasión de impuestos en los grandes negocios, los impuestos de los sectores ricos de la sociedad (no de las híper y estúpidamente vigiladas clases medias que viven de sus sueldos). Y la lista podría seguir. Nos convencemos, entonces, de que se trata de una segunda economía de porte y caudal extravagantemente inmenso. “Las nuevas formas de las guerras y los cuerpos de las mujeres” Rita Segato[9]

En su libro “Las nuevas formas de las guerras y los cuerpos de las mujeres”, Rita Segato, postula la existencia de dos realidades:

una Primera Realidad, constituida por todo aquello regido por la esfera del Estado, todo aquello declarado al Estado, visible en las cuentas de la Nación [...] y por otro lado, en el subsuelo de ese mundo de supuestas transparencias, [...] la Segunda Realidad, pues es una realidad especular con relación a la primera: con monto de capital y caudal de circulante probablemente idéntico, y con fuerzas de seguridad propias, es decir, corporaciones armadas ocupadas en proteger para sus “dueños” la propiedad sobre la riqueza incalculable que en ese universo se produce y administra”[10]

Nosotros entendemos, al igual que Segato, que existen estas dos realidades y que “los mercados criminales, la economía informal y las actividades legales se entremezclan permanentemente”[11], es por esto que en la práctica no podemos diferenciar con precisión lo lícito de lo ilícito, pero a los fines analíticos vamos a comenzar por desarrollar la esfera lícita y luego, desarrollaremos la esfera de lo ilícito. En ambos casos mostraremos algunos ejemplos de los impactos sobre las mujeres y daremos cuenta de la superposición de estas realidades analíticas.

Elusión, evasión, políticas fiscales regresivas y su impacto en las políticas públicas

Cuando desde el Estado no se realizan políticas de fiscalización activas que permitan controlar y sancionar la evasión y la elusión tributaria, cuando se estima que la cantidad de flujos financieros ilícitos va en aumento y, además, se otorgan exenciones impositivas a distintos sectores económicos, en Argentina podemos nombrar el minero, el agroindustrial o el petrolero, tendremos como consecuencia visible una gran disminución de ingresos públicos y esto disparará la siguiente pregunta ¿de dónde obtiene recursos el Estado para financiarse? La respuesta es de los impuestos al consumo. Los Estados, en lugar de gravar la riqueza, gravan el consumo, ya que es menos costoso en términos políticos, y evita el retiro de las inversiones extranjeras -que se instalan en un determinado país por sus bajas tasas impositivas-.

En el informe de la Asociación para los Derechos de las Mujeres y el Desarrollo señalan esto de manera muy acertada:

“Los países que se rehúsan a instalar mecanismos para gravar con eficacia a quienes tienen mayores riquezas e ingresos –tanto individuos como corporaciones– típicamente recurren a mecanismos de impuestos indirectos, como las altas tasas de impuesto al valor agregado, que recaudan tributos de los bienes de consumo o servicios, en lugar de los individuos o las compañías”.[12]

Con todo esto podemos afirmar que la política fiscal regresiva de un Estado afecta diferenciadamente a las mujeres, ya que son aquellas las están a cargo de las tareas reproductivas y de cuidado, quienes además destinan una gran parte de su ingreso en impuestos sobre bienes y servicios esenciales que consumen para su subsistencia, perpetuando así el ciclo de pobreza y dependencia de la asistencia social.

“Las políticas fiscales no son neutrales, pueden promover la equidad de género, pero también pueden perpetuar las inequidades existentes; ya que mujeres y hombres son impactados de manera diferente como consumidores, productores o responsables de la “economía del cuidado” en los hogares”.[13]

Los Estados sustentan sus políticas públicas mayoritariamente con los impuestos que se recaudan, es decir, que una de sus principales fuentes de financiamiento es el sistema impositivo. Si decimos que uno de los orígenes de los flujos financieros ilícitos es la evasión y elusión fiscal, podemos llegar rápidamente a la conclusión de que esto tiene impacto directo en el déficit presupuestario de un país. 

Si un Estado no tiene la capacidad de generar políticas impositivas que se orienten a recaudar impuestos y a sancionar a quien evade o elude el pago de los mismos, difícilmente obtenga dinero para financiar políticas públicas con fines sociales. En esta misma línea es necesario mencionar que los Estados, muchas veces, para atraer inversiones extranjeras lo primero que realizan es una reducción o eliminación de algunas tasas impositivas.

En consecuencia, cuando el presupuesto de un Estado se achica, lo primero que se recortan son áreas claves tales como la educación, la salud e instalaciones de cuidado, y esto repercute directamente en las mujeres[14]. Para ejemplificar podemos decir que los Estados deciden no invertir para lograr una educación universal, o en programas para reducir la mortalidad materna e infantil, tampoco en aquellos programas que promueven el acceso universal a la salud reproductiva o los que se enfocan en detener la propagación del VIH/SIDA, etc.[15] y esto repercute directamente en las mujeres, sobre todo en aquellas que pertenecen a las clases sociales más bajas.

“La feminización de la pobreza es un fenómeno persistente en el cual las mujeres están sobrerrepresentadas entre las personas más pobres, con trabajos mal pagos y de baja calidad. Debido a las desigualdades de género en las relaciones de poder y a los estereotipos culturales arraigados que definen las identidades y los roles sociales de mujeres y niñas, estas realizan predominantemente tareas de cuidado no remuneradas en todo el mundo. Esta situación afecta el desarrollo de los derechos humanos de las mujeres y las niñas. Perpetúa su empobrecimiento, pues es un obstáculo para su participación en la economía remunerada, en la vida política y en la autonomía corporal y sexual.

Por estos motivos, las mujeres tienden a ser más dependientes de los servicios sociales públicos, que tienen la capacidad de aliviarlas del peso del cuidado no remunerado que recae desproporcionadamente sobre sus hombros. La falta de movilización de recursos públicos, por lo tanto, priva a las mujeres y a lxs niñxs de los tan necesarios servicios públicos, lo cual refleja la omisión del rol de la economía del cuidado en el subsidio de la economía en su conjunto.”[16]

Es por todo esto que sostenemos que los flujos financieros que no logran captar los sistemas de control de los Estados, impactan visiblemente en la vida de las mujeres, ya que estos se traducen en falta de recursos para los servicios sociales públicos. El desfinanciamiento del Estado provoca este impacto que repercute con más fuerza en las mujeres. Y estos -los servicios sociales públicos- tienen una función fundamental a la hora de lograr la justicia de género.

El rol de los paraísos fiscales

En un trabajo realizado por Bidegain Ponte, Grondona y Rodríguez Enríquez señalan el rol esencial de las jurisdicciones offshores y los paraísos fiscales en el circuito de los flujos financieros ilícitos y cómo impacta toda esta estructura diferenciadamente en las mujeres.

“Estos canales -que conectan la justicia social y la justicia de género- se observan, por un lado mediante la manera en que la evasión y la elusión fiscal lograda a partir de estrategias de planificación fiscal que involucran la utilización de sociedades localizadas en jurisdicciones del secreto financiero, socavan cualquier posibilidad de financiamiento para la equidad de género y los derechos de las mujeres; y tienen efectos negativos en la equidad vertical y la progresividad de los sistemas tributarios que afectan a las mujeres de manera desproporcionada.”[17]

Cuando los Estados no atacan la evasión y la elusión fiscal, o cuando la decisión política tributaria es otorgar exenciones impositivas a grandes corporaciones o hacer regímenes de blanqueos o sinceramiento fiscal, benefician directamente a los individuos más ricos en detrimento del resto de la población. Si a esto le sumamos la existencia de sociedades localizadas en jurisdicciones de nula y baja tributación y en jurisdicciones del secreto financiero -a donde generalmente se dirigen los activos no declarados o los que se ahorran a través de dudosas exenciones- proporciona ventajas muy significativas a los grupos transnacionales por sobre las entidades locales.

Flujos financieros ilícitos: los números

Existen estudios sobre la cantidad de flujos financieros ilícitos que demuestran una tendencia a la concentración de capital de los sujetos con más poder económico a nivel global (ej. corporaciones trasnacionales).  Estos estudios no dan cuenta de los efectos diferenciados por género, sin embargo, de acuerdo a todo lo expuesto anteriormente, podemos inferir que impactarán de manera diferente si se trata de poblaciones feminizadas y por ello entendemos que es necesario recabar información segmentada para poder desarrollar un análisis pormenorizado de estos impactos.

A continuación presentamos los informes relevados por la Coalición para la Transparencia Financiera (FTC)[18] para demostrar la magnitud del problema.

  1. Estimaciones sobre riqueza “offshore”, El estudio de Zucman: 7,6 billones de dólares se mantienen en el extranjero.

Billones de dólares se mantienen en el extranjero generando grandes pérdidas en sus países de origen a esta conclusión llegó el Economista Zucman, cuando realizó un estudio en el año 2015 y estimó que se mantienen 7,6 billones de dólares en el extranjero generando una pérdida fiscal de 190.000 millones de dólares. El 80% de la riqueza está en el extranjero sin declarar. Esto es cuanto menos, alarmante. Pero ¿qué explicación tiene este fenómeno? La siguiente, tanto las personas físicas como jurídicas, criminales o no, eligen guardar dinero en el extranjero porque resulta un buen negocio.  Y, ¿por qué resulta un buen negocio? Por dos razones básicas: la primera, es que envían su dinero a países que tienen un régimen fiscal beneficioso, por sus bajas o nulas tasas impositivas para determinados ingreso y/o sujetos, o debido a la flexibilización de su actividad comercial, (con pocos requerimientos contables y normas flexibles de constitución y funcionamiento), y/o por falta de regulación de instrumentos financieros y estructuras legales; y, la segunda, es la condición de confidencialidad de la información que rige en esos países, garantizando secreto bancario y fiscal, ocultando a los beneficiarios efectivos de compañías, cuentas e inversiones financieras.

  1. Riqueza offshore, los resultados a los que llegó James S. Henry de Tax Justice Network: de 21 a 32 billones de dólares se mantienen en el extranjero.

En el año 2012, tres años antes de la publicación de Zucman, James S. Henry de Tax Justice Network había calculado que la riqueza que permanecía en el extranjero alcanzaba un total que iba entre 21 a 32 billones. 

Y acá nos estaremos preguntando ¿por qué existe una diferencia de 25 billones de dólares entre un informe y el otro?

La respuesta es la siguiente, las estimaciones de Zucman se basan en los depósitos financieros, dependiendo de la diferencia entre los activos y los pasivos declarados, podría estar subestimando el problema porque estaría dejando de lado toda aquella riqueza que no se declara. Henry asume la no declaración total de activos que hayan sido trasladados ilícitamente al extranjero, lo que podría sobreestimar el alcance.

Lo que tenemos que remarcar, más allá de las diferencias entre los informes es que el 80% de la riqueza que se mantiene en el extranjero no se declara en el país que se origina.

  1. ¿Cuánto eluden y evaden las empresas multinacionales? Cálculos de la ONU

La ONU estimó que las pérdidas de ingresos fiscales alcanzan los 100.000 millones de dólares al año en los países en desarrollo. Durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD)[19] en el año 2015 se buscó ver si los beneficios imponibles eran disminuidos artificialmente al pasar por algunas jurisdicciones específicas. Y se encontró lo siguiente, las prácticas de elusión y evasión de impuestos provocan una considerable pérdida de recursos de financiación para el desarrollo. Se estima que las pérdidas de ingresos fiscales de los países en desarrollo relacionadas con el volumen de inversión recibida directamente vinculada a centros extraterritoriales ascienden a 100.000 millones de dólares al año. Existe una clara relación entre la proporción del volumen de entradas acumuladas de Inversión Extranjera Directa (IED)  en los países receptores correspondiente a inversiones de centros extraterritoriales y la tasa de rentabilidad declarada (imponible) de la IED. Cuanto mayor es la inversión canalizada a través de centros extraterritoriales, menores son los beneficios imponibles.

Como principal limitación observamos que la CNUCYD se enfoca solamente en un método de traslado de beneficios, el estudio no ofrece un estimado global para el traslado de beneficios en todo el mundo. Además, hay una limitación grave en los datos y la información necesaria para investigar a fondo el problema.

CONCLUSIONES

Sabemos que a nivel global y a nivel local no contamos con bibliografía o estudios que demuestren de manera estadística los impactos diferenciados que los flujos financieros ilícitos generan en las mujeres. En los últimos tiempos se ha vuelto una tendencia a nivel mundial comenzar a visibilizar los efectos y consecuencias que los flujos financieros ilícitos producen sobre las mujeres y se ha trabajado sobre dos ideas centrales: la primera, es que obstaculizan el acceso a los derechos por parte de las mujeres y la segunda es que impiden que se alcance la justicia de género.
A partir de todo lo mencionado, podemos concluir en lo siguiente:

  1. Los flujos financieros ilícitos son un gran problema, no solo a nivel regional sino a nivel global y, que el modelo neoliberal incrementó notablemente la cantidad de flujos financieros ilícitos. Como consecuencia de todo esto, los países que no tienen ingresos altos son los que padecen en mayor medida los flujos ilícitos y no tienen las herramientas suficientes para combatir sus efectos, dando como resultado mayor pobreza, menor inversión y desarrollo por parte de los gobiernos y, a su vez, como observamos, todas estas consecuencias impactan diferenciadamente según el género.
  2. Es necesario que se realicen investigaciones donde se estudien en profundidad los impactos diferenciados que producen los flujos financieros ilícitos según los géneros, sexos y orientaciones sexuales.
  3. Estamos en condiciones de afirmar que las políticas fiscales regresivas, que son una de las principales opciones cuando un Estado tiene déficit recaudatorio, impactan negativamente en la equidad vertical y en la progresividad de los sistemas tributarios que afectan desproporcionadamente a las mujeres.
  4. En esta misma línea, podemos decir que los flujos financieros ilícitos también tienen impacto en la provisión de servicios sociales y esto   impide cerrar la brecha de financiamiento para la igualdad de género y los derechos de las mujeres.
  5. Por otro lado, podemos aseverar, que mientras siga manteniéndose el secreto bancario y financiero, que es el que en primera instancia permite que, por ejemplo, no se conozcan los beneficiarios finales de los movimientos de activos, lamentablemente el fenómeno va a ir en aumento, porque como ya dijimos, tanto para personas físicas o jurídicas, criminales o no, enviar sus riquezas a territorios con baja o nula tributación les termina resultando un buen negocio sin considerar lo nocivo de su accionar.
  6. Cuando estudiamos estos temas, notamos que la imposibilidad del acceso público a la información financiera se convierte en un obstáculo para elaborar estadísticas e informes. Esto impide que se dimensione la magnitud del problema y, por lo tanto, que se logren soluciones exitosas. El secreto fiscal y el secreto bancario que posibilitan los movimientos de flujos financieros sin conocer a las personas físicas o jurídicas que hay detrás de ellos, son temas esenciales a estudiar.
  7. Queremos dejar abiertas algunas ideas para abordar en otros artículos sobre flujos financieros ilícitos:
  • el impacto en los índices de violencia de género y femicidios a partir de las desregulaciones operadas en el neoliberalismo, más precisamente como la existencia de marcos regulatorios más laxos para los movimientos de capital, promueve y habilita la proliferación de economías ilegales en los territorios que estructuran formas de violencia y de impunidad sobre el cuerpo de las mujeres.
  • la relación con el endeudamiento externo y su correlativo impacto diferenciado dentro de los géneros[20]
  • aquellos que se originan a través de, por ejemplo, las actividades de las empresas petroleras[21], entre otros.
  1. Por último, en relación todo lo visto y extendiendo el campo de estudio de la criminalidad económica, creemos que es necesario empezar a investigar las siguientes ideas:
  • Si políticas más laxas de prevención y persecución del lavado son funcionales al desarrollo de mercados criminales que se basan en la inequidad, como la trata y la explotación sexual,
  • Cómo repercute la fabricación y el tráfico ilícito de armas de fuego con relación a violencia patriarcal
  • Pensar si los mercados criminales reproducen inequidades de género propias de los mercados legales como, por ejemplo, la utilización del cuerpo de las mujeres para transportar drogas.
  • También, comenzar a estudiar cómo ciertos delitos pueden influir especialmente sobre las mujeres por su posición en la estructura económica, un ejemplo de esto puede ser la usura.

Creemos que todos estos estudios son fundamentales para poder dimensionar el problema y avanzar hacia la tan necesaria justicia de género.

 

Este artículo fue escrito en septiembre del año 2017.

 

 

 

 


[1] Agradezco especialmente a Ariana Ortega por su colaboración en el desarrollo de este artículo.

[2] Financial Transparency Coalition  “NO ES TAREA FÁCIL: La cuantificación de los flujos financieros ilícitos” 2017. https://financialtransparency.org/wp-content/uploads/2017/02/FTC_infographic_20170209_Spanish.pdf

[3] Attiya Waris “Flujos Financieros Ilícitos. Por qué deberíamos reclamar estos recursos para la justicia de género, económica y social” Asociación para el Derecho de las Mujeres y el Desarrollo, 2017. https://www.awid.org/es/publicaciones/flujos-financieros-ilicitos-por-que-deberiamos-reclamar-estos-recursos-para-la

[4] “En busca de la igualdad: textos para la acción feminista”, SOF – Sempreviva Organização Feminista, 2011, pág. 13.

[5] Silvia Federici, “El Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria”, Ed. Traficantes de sueños, 2004, p. 147-149 (acomodar la cita)

[6] UNIFEN “Justicia de Género: Clave para Alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio” 2012. http://www2.unwomen.org/~/media/headquarters/media/publications/es/unifem-mdg-brief-2010-sp%20pdf.pdf?v=1&d=20141013T122254

[7] Esta caracterización, así como muchas otras presentes en este artículo, no da cuenta de las innumerables variedades de género, ya que los indicadores que utilizan muchos organismos nacionales e internacionales están construidos en su mayoría binariamente sobre la base de relevamientos basados en el presupuesto de correlatividad entre sexo, orientación sexual y género, dejando de lado las diferencias entre estas categorías (que complejizan y enriquecen los análisis).

[8] “La feminización de la pobreza” Por Rosa Cobo es profesora de Sociología de la Universidad de A Coruña, y Luisa Posada, profesora de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Junio del 2006 http://www.mujeresenred.net/spip.php?article620

[9] Segato, Laura Rita “Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres” pág. 45 1a. edición Puebla: Pez en el árbol, 2014.

[10] Segato, Laura Rita “Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres” pág. 48. 1a. edición Puebla: Pez en el árbol, 2014.

[11] Freire Alejandra y Carrara Agustín “Análisis de mercados criminales: de ‘casos y personas’ a ‘estructuras y regularidades’”, publicado en Tierra Socialista, revista del Centro de Políticas Públicas para el Socialismo, dirigida por Alberto Binder, nº 4, agosto de 2016, https://tierrasocialista.org/article/analisis-de-mercados-criminales-de-casos-y-persona/

[12] Attiya Waris “Flujos Financieros Ilícitos. Por qué deberíamos reclamar estos recursos para la justicia de género, económica y social” Asociación para el Derecho de las Mujeres y el Desarrollo, 2017. https://www.awid.org/es/publicaciones/flujos-financieros-ilicitos-por-que-deberiamos-reclamar-estos-recursos-para-la

[13] Verónica Grondona Olmi “Panamá papers, flujos financieros ilícitos y género” 2016. http://eppa.com.ar/?search=aut&s=&aut=Veronica+Grondona+Olmi

[14] Attiya Waris “Flujos Financieros Ilícitos. Por qué deberíamos reclamar estos recursos para la justicia de género, económica y social” Asociación para el Derecho de las Mujeres y el Desarrollo, 2017. https://www.awid.org/es/publicaciones/flujos-financieros-ilicitos-por-que-deberiamos-reclamar-estos-recursos-para-la

[15] UNIFEN “Justicia de Género: Clave para Alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio” 2012. http://www2.unwomen.org/~/media/headquarters/media/publications/es/unifem-mdg-brief-2010-sp%20pdf.pdf?v=1&d=20141013T122254

[16] Attiya Waris “Flujos Financieros Ilícitos. Por qué deberíamos reclamar estos recursos para la justicia de género, económica y social” Asociación para el Derecho de las Mujeres y el Desarrollo, 2017. https://www.awid.org/es/publicaciones/flujos-financieros-ilicitos-por-que-deberiamos-reclamar-estos-recursos-para-la

 

[17] Verónica Grondona Olmi “Panamá papers, flujos financieros ilícitos y género” 2016. http://eppa.com.ar/?search=aut&s=&aut=Veronica+Grondona+Olmi

[18]Financial Transparency Coalition “NO ES TAREA FÁCIL: La cuantificación de los flujos financieros ilícitos” 2017. https://financialtransparency.org/wp-content/uploads/2017/02/FTC_infographic_20170209_Spanish.pdf

[19] Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, "Informe sobre las inversiones en el mundo 2015. Reforma de la gobernanza internacional en materia de
inversiones" (2015)

CIPCE - Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica
  Talcahuano 256 piso 2 - C1013AAF - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina
 Teléfono: 4373-6303/04 -  contacto@cipce.org.ar